Cuando leí que «Una corte de rosas y espinas» (ACOTAR, para los amigos), libro que llevaba siglos viendo danzar por Booktube y Bookstragram, era un retelling de La Bella y la Bestia supe que estaba perdida. Me encantan los retellings, a pesar de que me he llevado más de un chasco con ellos porque hay quien confunde retelling con fan fiction y no son lo mismo. No.
Así que lo propuse para el mes de septiembre del club de lectura de Nextory, aprovechando que el libro estaba en audiolibro. Entré en este libro queriendo que me encantara. La escena inicial es maravillosa: la de la caza del lobo. La narradora es una artistaza y casi sientes el frío y la tensión de Feyre. Me confié pensando que todo el monte era orégano. Pero… ay.
Aviso que si no lo has leído, vienen muchos spoilers:
Primer objetivo del 2023: tengo que conseguir como sea matar a un fae. ¿Por qué? Porque cuando matas a uno viene un alto lord que está como un queso a llevarte a su palacio y a vivir a cuerpo de rey, y no solo eso. Le pagan también un pastizal a tu familia. Nada de agobiarse por llegar a fin de mes.
Los personajes de ACOTAR
Mi mayor problema con la historia fueron los personajes. Cuando no te crees a los personajes, es muy complicado sufrir por ellos.
Empezamos con Feyre, la protagonista. Se supone que con diecinueve años ha tenido que batallar como una jabata para mantener a una familia que son básicamente parásitos. Una cazadora con un poderoso instinto de supervivencia que, sin embargo, toma decisiones estúpidas una y otra vez recordando mucho mucho a la prota de Crepúsculo y obviamente en favor de que la trama cuadre.
—No salgas de tu habitación esta noche, Feyre. Es peligroso.
—Pues me voy a dar un garbeo.
Tampoco me creo su relación con Tamlin. Sabía que tenía que haber una Bestia, puesto que era un retelling. Pero no me creo su amor. ¿Qué es lo que hace que La Bella y la Bestia sea un romance tan cautivador? Aquello de «la belleza está en el interior», pero es que Tamlin no es una bestia por fuera. Es un tipo guapo, rico, alto Lord, amable y bueno. Y Feyre es una paleta que no ha visto a un guaperas en su vida y que no sabe leer. Rarísimo que se enamore de alguien que no solo no la castiga por matar a su amigo, sino que encima la colma de lujos.
Y es tan sumamente aburrido…
Son mil veces mejores los personajes secundarios. Lucien, por ejemplo. O Rhysand. Por cierto, que encuentro a Rhys mucho más atractivo que a Tamlin, mil veces más atractivo. Yo, siendo Feyre, me iba a vivir a la corte noche y adiós muy buenas.
La villana del cuento —Amarantha— es una villana tan villana que casi da risa. De esos personajes que no tienen matices de gris sino que son completamente negros. Tan negros que parecen una caricatura de la negrura. No hay razón alguna para que establezca unas pruebas más allá que darle a Feyre la oportunidad de ganarlas.
Problemas de trama
Cuando la causa de que todo pase de una determinada manera (la maldición) se cuenta en una parrafada de infodumping —un largo monólogo que regurgita Alice a Feyre— en vez de que ella lo vaya descubriendo poco a poco, sabes que estás ante una primera novela que además no ha pulido un editor decente (o un lector cero adecuado). Lo triste de esta es que no es una primera novela. Lo cual te lleva a preguntarte por qué está ahí, siendo bestseller.
De la misma manera, cada vez que Feyre está perdida o no sabe cómo salir del atolladero, uno de los personajes masculinos aparece o le entrega información que se vuelve fundamental para salvarse. Superorgánico, el arco del personaje.
Sin mencionar que te pasas la primera mitad del libro preguntándote dónde cuernos está el castigo de Feyre. La muchacha mata a un Fae y se supone que se la llevan como castigo. No solo se la llevan a un mundo de lujos sino que, como te dije antes, mantienen en todo lo alto a su familia parásita.
Hay una escena en la que ella está escondida con dos mujeres de la corte noche en un hueco DETRÁS de un tapiz en el que Feyre ve hasta el blanco de los ojos de la conversación entre dos hombres que tiene lugar al otro lado. ¿Visión de rayos X tiene la querida Feyre?
En fin… cuánta falta le hacía a ACOTAR un editor.
El worldbuilding
Sé que en la fantasía juvenil romántica, no suele trabajarse tanto el worldbuilding como a mí me gusta. No obstante, en este libro creo que es de las pocas cosas que se salvan. Me encantaron las criaturas siniestras de Amarantha y la organización en cortes faéricas y altos lores.
Me moló el tema del tatuaje de Rhys. Y su magia asociada. Aunque creo que este recurso está muy poco explotado en este libro.
Mentiría si dijera que las escenas de las pruebas no me gustaron. El 15% final del libro mejora mucho con ellas. Las decisiones de Feyre empiezan a tener algún sentido y te sorprenden. Y, por fin, el libro parece tener algo que justifique por qué gusta tanto.
En resumen…
Que por mucho que me digan que mejora en la segunda entrega, me temo que no voy a seguir con la saga. Ya tuve esta experiencia leyendo Cazadores de sombras y no, gracias.
Me pregunto sobre todo por qué ha tenido tanto éxito. Supongo que los motivos son:
- Oportunidad de mercado: está dirigido a un público adolescente que ya estaba esperando sagas del estilo de Cazadores de sombras.
- Viene del poderoso mundo del marketing anglosajón: en España este libro posiblemente no se hubiera leído. La saga de Patricia García Rojo le da mil vueltas a esta.
- La autora tenía audiencia de lectores formada en Fictionpress antes de publicar.