Hace muy poquito te contaba en este mismo blog que acabo de publicar La Casa de los Principios, que es una novela feelgood. Y puede que te preguntes qué demonios es eso de la novela feelgood. O puede que la hayas leído, te haya encantado (ojalá) y quieras leer más libros dentro de este género. Por eso, hoy te traigo este post al Fogón.
¿Qué es la novela feelgood?
El feelgood —a pesar de lo que parece porque tras el inicio de la pandemia ha resurgido con fuerza— no es algo nuevo. De hecho, es un movimiento literario que se inicio en Inglaterra después de la Segunda Guerra Mundial como respuesta a los duros tiempos de la crisis. Son historias amables, con un punto de humor y final feliz, en los que la ambientación y los personajes son amables.
A pesar de que suelen ser historias fáciles de leer y ligeras, normalmente tienen sustancia bajo la agradable superficie.
¿La novela feelgood es comedia romántica?
La diferencia entre los dos géneros es muy fina porque comparten muchas características —final feliz, humor— pero en el feelgood el conflicto principal no es la historia romántica sino el desarrollo del personaje y en la comedia romántica, el romance es el eje vertebral de la trama.
Aunque a veces, como veremos en los ejemplos, son indistinguibles. Una novela feelgood no tiene necesariamente que ser romántica. Pero una comedia romántica puede ser una novela feelgood sin problemas.
La novela feelgood es una novela sencilla que busca potenciar el optimismo y el disfrute de la vida. Es de esas lecturas que te dejan el corazón calentito.
Mis recomendaciones de lecturas feelgood
Si dijéramos la verdad, de Clare Pooley
Fue mi última lectura. Como de costumbre, me gusta mucho más el título original «The authenticity project», mucho más acorde con el texto.
Un cuaderno en el que un pintor ya anciano cuenta su verdad enlaza las vidas de seis personajes de lo más dispar alrededor del café de Monica (y no, no me falta el acento). Es una novela en la que las subtramas se cierran de forma perfecta.
Por no mencionar al perro, de Connie Willis
Un ejemplo de que no toda la feelgood es romántica. Connie Willis teje esta historia de ciencia ficción feelgood y viajes temporales con una importante base de humor y un manejo de las subtramas prodigioso.
Por no mencionar el perro ganó tanto el premio Hugo como el Locus en 1999, y estuvo nominada para los Premios Nébula en 1998.
Luna de verano, de P. G. Wodehouse
O en realidad cualquier novela de P. G. Wodehouse, del que ya te hablé aquí Esta es una de mis favoritas, junto con Dejádselo a Psmith.
La mujer de la libreta roja, de Antoine Laurain
Es uno de los libros que más veces he regalado. Si te encanta París, te gustará porque el ambiente parisino —sus cafés, sus calles, sus librerías y su gente— impregna las páginas de esta novela con dos personajes principales geniales.
Novela feelgood en España
En nuestro país, el género empieza a despuntar tímidamente. Entre los títulos recomendados te dejo estos tres:
La casa de Mar, de Pilar Navarro Colorado
Tras un año de luto, Mar regresa al pueblo donde solía veranear en su infancia para hacerse cargo de la casa familiar. El año ha sido tan sombrío que se fuerza a sí misma a parar y tomar decisiones. Con la excusa de solucionar la venta de la casa, que la hereda como una carga, se traslada a la costa durante unos meses que marcarán su vida. El reencuentro con su pasado y nuevos desafíos por afrontar serán clave para retomar el timón de su futuro.
En la calle Mayor, de Virginia Gil Rodríguez
En la Calle Mayor de una ciudad y amurallada, sucederán hechos sorprendentes. May ve como su padre, un escritor frustrado, desaparece ante sus propios ojos en circunstancias misteriosas. Desde ese momento su vida cambia. Su madre, con la que la relación es silenciosa aumenta las horas de trabajo en el hospital, y ella tiene que ocuparse de Leo, su hermano pequeño. May deja de hablar con todo el mundo salvo con Leo. Poco a poco olvida las horas compartidas de lectura en las rodillas de su padre, y empieza a comunicarse con él a través de su diario, sin obtener respuesta explícita. Una tarde, su madre descubre un libro en el escaparate de la librería de la Calle Mayor y una fuerza desconocida le invita a adentrarse en la tienda. El libro habla de ángeles, de la magia de la vida. El libro es una invitación a utilizar esa magia para transformarse. Pero no todo ocurrirá de la manera esperada. Porque la vida nos tiene reservado exactamente lo que necesitamos y no lo que creemos necesitar. O eso es al menos lo que dicen el zapatero y la librera, los dos sabios espirituales de la Calle Mayor.
Café y tarta, de Mario Sanca
Hace tres años, Elena —alegre y divertida— dejó su sueño de ser diseñadora de moda para ser camarera y un poco más gris. Jaime, corrector editorial, serio y muy tímido, lleva tres años estancado en su vida y sus relaciones, y tiene un vínculo compulsivo con los dulces. Los dos se encuentran a diario en la cafetería en la que trabaja Elena y en la que transcurre toda la historia.
A modo de cuaderno de bitácora, descubrimos poco a poco qué une a los dos protagonistas, y a los personajes secundarios que los acompañarán durante todo un año: Susana, una escritora que espolvorea todo con dosis de dramatismo; Paco, uno de los trabajadores de una papelería cercana que, tras romper la capa superior, deja a la vista a una drag llamada Paco Mertelo; o Pablo, que no sabe que el gran problema de su vida es él mismo. Todo esto endulzado con un tipo de tarta diferente en cada escena.
Y por supuesto, este: La Casa de los Principios
Sara Flavín siente que su vida se ha quedado en suspenso. Trabaja en algo que no le gusta. Su relación de pareja quedó truncada por un accidente. Y su padre —alto ejecutivo de una empresa— la maneja como si aún tuviera seis años.
Pero un fin de semana, su progenitor la envía a valorar la antigua casa de su abuela, cerrada desde que ella falleció. Y descubre que La Casa de los Principios no está vacía en absoluto y que los excéntricos residentes —una bibliotecaria jubilada con fama de bruja, una niña que colecciona palabras raras y un hombre tan guapo que parece salido de un cuadro— son encantadores.
Obligada por las circunstancias a permanecer en la zona, Sara decide indagar en la historia de los habitantes de la casa sin prever que tal vez descubra cosas de su propia historia.
Una novela corta feelgood para iluminar tu corazón.