Leer fantasía es como beber vino. El primer trago sabe amargo y quema el esófago porque no estás preparado para degustarlo. Recuerdo, con once años, abrir y cerrar El señor de los anillos que entonces me pareció infumable. Con los años, uno va aprendiendo a distinguir sabores y a apreciar buenos vinos. Es entonces el momento de zambullirse en Tolkien, Ursula K.Le Guin, Michael Ende, Laura Gallego, J.K. Rowling…
El lector de fantasía se zambulle en el mundo imaginario del autor y lo paladea. Pero el sentarse a escribir fantasía tiene tantas dificultades como tiene para el gourmet el ponerse a elaborar su propio vino. La fantasía tiene sus propias reglas. Y el lector debe saber desde el principio de la historia cuáles son. Contar con herramientas con las que moverse en el mapa de tu libro.
Cuando escribo de un tema, suelo leer libros de ese tema. Así, mientras estaba escribiendo “Leyendas de la Tierra Límite” leí muchas novelas de fantasía. Algunas muy buenas, otras pasables y otras rematadamente malas. Pero hubo una que me llamó poderosamente la atención. Es la novela que os traigo hoy al Fogón. Una novela de fantasía que, de ser un vino, merecería ser un reserva o un crianza. Por lo bien escrita que está. Y, como la mayoría de mis vinos preferidos, la descubrí por casualidad.
Su autora se llama Virginia Pérez de la Puente. Y la novela lleva el título de “Mi alma por mi rey”. Forma parte de una saga (de la que podéis ver más información aquí), así que, como ya estáis prevenidos, podéis leerla en el orden correcto; no por la mitad, como he empezado yo.
Angarad de Teilhill, uno de esos personajes de los que una no puede evitar enamorarse, se debate entre el amor filial a su padre (que lo abandonó de niño) y el amor cuasi-filial a su rey (que lo crió como un padre). Y esas emociones, difíciles de controlar, se cruzan en el camino de una guerra. Pero Angarad, a pesar de tener un peso importante en la novela, no es el único personaje que nos atrapa. Vanakao de Venver, el propio rey Tearate o Tenakia, la extraña esposa he-ranne de Vanakao, son algunos de los personajes a cuya espalda nos auparemos para vivir este mundo diseñado en su totalidad por la autora, en el que, sin embargo, no nos cuesta nada perdernos.
Las novelas de El segundo ocaso” son para degustarlas poco a poco porque dejan un retrogusto a bosque, a magia, a historia. Yo ya he llenado la despensa con los otros tres libros. A vuestra salud.
Mi alma por mi rey es una novela de cuatro tenedores