Me dan ganas de empezar este post con el inicio de Orgullo y prejuicio de Jane Austen: «Es una verdad universalmente reconocida…» que hay muchas verdades universalmente reconocidas sobre el trabajo del escritor que son mentira. Parece un trabalenguas y si un editor me pillara este primer párrafo diría que las dos subordinadas lo hacen farragoso.
Lo cierto es que muchas de esas verdades tienden a contradecirse entre sí, lo que debería ser suficiente para al menos hacernos levantar una ceja, pero cuando eres escritor novel te las crees y solo cuando empiezas a meter la nariz en el panorama editorial te das cuenta de que se caen como un castillo de naipes (el editor me diría que esto del castillo de naipes es una frase hecha.Si es un editor majo, añadiría un «tú puedes hacerlo mejor ;D» ).
Vamos con esas mentiras sobre escribir:
Para ser escritor, hay que tener un talento innato:
El otro día di mi opinión sobre este tema en el podcast. Como en cualquier otra cosa en la vida, hay gente que tiene más habilidad innata que otra, pero recuerda que uno no sale del útero materno siendo Góngora (sobre todo, porque tu madre se moriría del infarto) y que tu primer intento de novela nunca será una obra maestra.
Los escritores —como en cualquier otra disciplina— se forjan a través de la práctica, la lectura y el estudio. Cualquier escritor profesional ha trabajado mucho y muchas horas para conseguirlo. Contar buenas historias que enganchen al lector es una habilidad que se aprende.
Tienes que estar inspirado para escribir:
Escribir es un trabajo. O te sientas todos los días o no produces. Igual lo que produces un día que no estás especialmente inspirado es una porquería o no. Para eso está la fase de corrección. Para cortar, podar y pulir. La inspiración es para los que lo hacen por hobby. ¿Eres escritor? Entonces, escribes llueva o truene. (Stephen King suele decir que «El amateur se sienta y espera que pase la inspiración. El resto de nosotros se levanta y se pone a trabajar»).
Tienes que saber muchísimo sobre literatura
Para ser escritor, hay que ser lector antes, eso está claro. Pero puede que solo te guste leer de terror y escribas de terror y no tengas ni idea de quiénes son los clásicos de la Literatura Inglesa. Hay mucho esnobismo y muchos prejuicios pululando por el mundo de las letras.
La novela sale tal cual la escribes
Esto es lo que provoca que llegue tantas novelas sin corregir a las editoriales. Para los lectores profesionales, es un sufrimiento el leer novelas en las que el autor simplemente se ha sentado a escribir una historia que le apetecía sin formarse antes.
Escribir es como tallar madera. Tienes un tronco de árbol al que le vas a ir quitando pedacitos con mucho cuidado y con una visión de lo que quieres conseguir. A medida que avanzas, vas puliendo y limando para terminar con la mejor versión posible.
En mi caso, mis novelas pasan por cinco o seis correcciones antes de que la editorial las vea (o antes de que las vea el lector si autopublico). Una novela decente requiere muchos borradores, requiere lectores cero y requiere corrección ortotipográfica y de estilo. «Me la ha revisado el profe de lengua» no sirve. A menos que tu profe de Lengua esté acostumbrado a editar, esa corrección no es válida y cuando te corrijan de verdad es cuando te das cuenta de por qué.
Se puede vivir de una sola novela
La realidad verdadera es que casi ningún escritor que publique solo por vía editorial, incluidos muchos bestsellers, viven solo de sus libros. Si te fijas, la mayoría escriben artículos para revistas o periódicos o dan cursos o tienen otro trabajo a media jornada, que es lo que realmente les da de comer. Con un 8-10% del precio neto de cada libro que es lo que le toca al escritor publicado de forma tradicional, es difícil vivir de ello.
Si además sus novelas se piratean, todavía menos.
Pero, partiendo de la base de que los escritores son autónomos y ya sabemos cómo trata a los autónomos este país, creo que ésta es la mayor mentira de todas. Un escritor puede vivir de un catálogo de novelas (generalmente no menor de cinco-seis) y sobre todo si autopublica algunas.
Los escritores son introvertidos
Un trabajo como el de escribir que te lleva tantas horas de soledad solo puede hacerlo alguien introvertido. La verdad es que no. Y aunque hay de todo, la mayoría de los escritores (tanto clásicos como los que conozco) son seres sociales, que, de hecho, se nutren de esa sociedad para sus historias. (Sí, si te has reconocido en un personaje es que probablemente eres tú).
La parte más dura de escribir es terminar el libro:
No, la parte más dura de escribir es convencer a los demás de que merece la pena leer lo que has escrito (Por cierto, ¿has visto que aquí arriba hay una página que pone «mis libros» donde hay de fantasía juvenil y de comedia romántica?)
Tanto si te autopublicas como si te publica una editorial vas a tener que echar los hígados en la promoción de tu libro, hacerlo sin agobiar al personal con spam constante. Y, al mismo tiempo, escribir tu próximo libro.
Eso nos lleva al siguiente mito:
Si consigues editorial tradicional, puedes olvidarte de la promoción
Los tiempos en los que el escritor se dedicaba solo a escribir han terminado. Y, aunque la editorial te promocione mientras eres novedad (y las novedades pasan muy rápido), tú tienes que dar el callo siempre.
Nuestro amigo el editor lo sabe, porque por sus manos pasan miles de novelas. En España se editan una media de 70000 novelas al año. Imagina si la competencia es feroz para llegar a un mercado lector que cada vez es más escaso (Netflix ha hecho mucho daño).
Hay muchos escritores que se enfurruñan en su torre de marfil y que dicen aquello de «pero es que yo solo quiero escribir». No quieren tener contacto con los lectores, cuando lo mejor de esto es recibir ese feedback de los que te leen.
Si te autopublicas es porque no encontraste editorial:
Hace poco, en una reseña de uno de mis libros autopublicados, el lector puso que le parecía increíble que a un libro tan bueno no se le diera una oportunidad en una editorial. Presuponiendo que yo lo había presentado a una editorial y me habían dicho que no y por eso lo autopublicaba.
Pero no se le ocurrió que es que a lo mejor yo no quiero. Tengo libros publicados con editorial y he tenido más de una oferta editorial para los siguientes. Pero hay libros en los que sí me convencen y libros en los que no. Por ejemplo, Proyecto Bruno es un proyecto muy personal que no quería dejar en otras manos que en las mías a nivel de promoción y de acabado.
Autopublicándome trabajo mano a mano con el equipo que yo elijo, desde el ilustrador (mi portada nunca será la misma que la de otro libro) al corrector de estilo o al maquetador, de forma que el producto final me llene por completo. Y el beneficio económico, con menos ventas, es mayor. Tanto que me ha permitido colgar la bata para dedicarme 100% a la literatura.
Hace un mes y algo pregunté en Twitter a raíz de estos mitos, cosas que no debes decir a un escritor. Aquí te las dejo porque seguro que hay más de una mentira sobre escribir en ellas.