¿Por qué será que cada vez que alguien se pone a escribir fantasía romántica siempre termina escribiendo una saga? Las sagas cada vez me dan más pereza. Y, aunque en este artículo te hablé de sagas de fantasía juvenil romántica, hoy quiero centrarme en los libros autoconclusivos de fantasía romántica. Porque sí, existen, aunque te parezca increíble.
Moriré besando a Simon Snow, de Rainbow Rowell
El primero que te voy a recomendar, básicamente porque lo estoy releyendo —después de releer Fangirl— es Moriré besando a Simon Snow, de Rainbow Rowell. No sé si sabes la historia de Carry on (título original de la novela), pero por si acaso te la cuento. Si te la sabes, puedes saltar al siguiente párrafo. Cuando Rainbow Rowell escribió Fangirl, su protagonista —Cath— estaba obsesionada con Simon y Baz, un par de chicos magos de los que escribía un fanfic. En Fangirl hay varios tramos de este fanfic en otro color y la historia tenía una pinta tan chula que sus lectores le pidieron que, por favor, escribiera Carry on, como libro independiente.
Así que, cuando lees Moriré besando a Simon Snow (que por cierto, sale en una escena de Proyecto Bruno), tienes que partir de la base de que Rainbow Rowell no es escritora de fantasía. Moriré besando a Simon Snow es un fanfic de Harry Potter con personajes gay. Y, como tal, el worldbuilding no está excesivamente trabajado. Te deja con muchos agujeros negros en el universo creado para la novela.
Pero es un libro de la Rowell y, como tal, tiene algo que atrapa y que te hace cerrarlo con una sonrisa.
La princesa prometida, de William Goldman
Uno de esos libros clásicos de fantasía romántica que todo el mundo debería leer. Goldman era guionista (de hecho, es el guionista de la película basada en la novela) y eso se nota en una forma de narrar ágil, fluida, con giros inteligentes que nos atrapa en una historia de aventuras, amor y desamor y maravillosos personajes que la convierte en un clásico.
Si no conoces la historia —cosa que dudo— tienes que saber que entre las páginas de esta novela encontrarás no solo el amor de Buttercup y Westley, sino a un espadachín español en busca de venganza, a un gigante al que le gusta la poesía y a un astuto siciliano. También a un rey que desea matar a su futura esposa para provocar una guerra y a un niño que escucha la historia de labios de su padre. Una historia que decide reescribir al llegar a adulto.
El encanto del cuervo, de María Martínez
Abby, la prota, quiere llevar una vida normal, no la vida nómada que ha llevado hasta el momento. Pero, cuando empieza a creer que eso es posible, su madre muere y su padre —al que no conoce— se hace cargo de ella en un pequeño pueblo al sur de Maine, donde conoce a Nathan, un guapo e irritante muchacho, que sueña con largarse de allí y empieza a tener extrañas pesadillas.
El encanto del cuervo es la primera novela de María Martínez y, si has leído a la autora, se nota la evolución. María ha aprendido a atraparte para no dejarte salir hasta el último capítulo. Aún así, El encanto del cuervo es una buena novela de fantasía juvenil romántica y de brujas, de esas brujas con la magia antigua de Salem y un ambiente increíble.
Otro libro sobre brujas y romance es Spells, de Elia Giner.
Reflejos. ¿Te atreves a mirarte?, de Elia Giner
Precisamente de Elia Giner es la siguiente recomendación de la lista. Reflejos cuenta la historia de Carla que, tras el divorcio de sus padres, tiene que mudarse de casa y de instituto. En la casa nueva, hay un curioso espejo que supuestamente pertenece a los antiguos propietarios y que le cambiará la vida.
La pluma de Elia Giner engancha, es fluida, rápida, sin palabras recargadas ni florituras innecesarias y esta novela que mezcla realidad (una realidad dura en la que una adolescente tímida tiene que enfrentarse a una situación de cambio forzado) con fantasía juvenil es una opción muy agradable para llevarte a la piscina o a la playa este verano.
El vals de las hadas malditas, de Gabriel Sánchez García-Pardo
Ya te he hablado en otras ocasiones de este libro. Mi reseña —flipada—la tienes aquí. Solo te cuento la sinopsis como te la conté entonces.
Jillian y Vela son Hijas del Velo. Nacieron una noche que cambió el mundo de Éterdar para siempre, en la que la magia levantó el Velo que mantiene separados el mundo de los vivos del de los muertos. Como consecuencia de esa noche, hay en Éterdar muertos vivientes, seres de luz con poderes especiales y un millar de criaturas que complican la vida a los habitantes, mucho más aún que la Shekna Roja que rige las normas de la gran ciudad de Eastun. Eso no quiere decir que los habitantes de Éterdar se resignen a ello, se fragua una rebelión liderada por las Cinco Caras.
En la Torre de Westeum, un palacio perdido en medio del desierto, los niños nacidos esa noche —los Hijos del Velo— son entrenados para convertirse en investigadores al servicio de la justicia, pero viven algo ajenos a toda esta crispación social. Por eso, cuando Jillian y Vela son designadas para resolver su primera misión en Eastun —algo sencillito, la muerte de un herrero— nada las prepara para la trama de secretos que se entrelaza con su propio pasado y que cambiará sus vidas para siempre. Pronto descubrirán que todo tiene su base en una noche mágica y en una misteriosa canción que nadie osa interpretar: El vals de las hadas malditas.
En este crossover de géneros, entre fantasía y novela negra, el romance juega un papel muy importante.
La Sociedad de la libélula, de Ana González Duque
¿Qué querías? No podía irme sin más sin comentar que no solo tengo una bilogía de fantasía juvenil romántica —Leyendas de la Tierra Límite— sino que también he escrito un autoconclusivo de fantasía y romance: «La Sociedad de la Libélula».
Como este es mi blog te he hablado mucho del libro, sí, soy así de pesada, pero si quieres saber lo que opinan otros tienes las reseñas aquí. Te dejo con el booktrailer.
¿Conoces otros libros autoconclusivos de fantasía y romance?
Si conoces libros recomendables en los que la fantasía y el romance vayan unidos, déjamelos en los comentarios.