La reina del chick-lit

Hace poco leí en una página web que la reina del chick-lit era Megan Maxwell. Pues no, señores, me van a perdonar. Megan Maxwell escribe romántica, escribe erótica, pero no escribe chick-lit. Porque la clave de la literatura chick-lit es el humor. El humor mezclado con romanticismo y con muchas dosis de realidad aplastante. Y en eso, en esta tierra, la reina sin duda alguna es ella: Rebeca Rus.
Autora de seis novelas (Sabrina: 1-El Mundo: 0, Sabrina contra el imperio del zapping, Diez maneras diferentes de ser Laura, Mientras tanto, en Londres, Ginebra para dos y la novela por entregas Y ahora ¿qué hago?) a cual más desternillante, Rebeca Rus escribe además una columna para la revista Cuore (donde también es la cocinera por excelencia con su sección Con las manos en el tupper), colabora con artículos muy tróspidos en Glup-Glup y, además, le queda tiempo para trabajar como creativa publicitaria, criar a dos niñas y hacerle pollo a su pareja para cenar. (Eso sí, no le queda tiempo para bajar la basura. Algo tenía que tocarle hacer a él).
Para mí, que soy fan, es un honor traer hoy aquí, a este humilde Fogón, a la gran Rebeca Rus.
1.- Tu primera novela es Sabrina: 1-El mundo: 0 ¿Recuerdas el momento en el que pensaste “esto puede ser una novela”?¿Cual fue la chispa que prendió la historia?
 
Yo andaba bastante despistada, en medio del desmantelamiento de una agencia de publicidad, y no tenía ni idea de qué estaba haciendo. Fue mi chico quien me comentó que aquello era una novela, por si yo no me había dado cuenta (no lo había hecho, estaba muy ocupada mirando los documentos de un ERE). La chispa que prendió la historia fue el puritito aburrimiento, como casi siempre que me meto en algún lío.
 
2.- Tus personajes femeninos son mujeres de armas tomar, siempre un poco caóticas. Recuerdo, en concreto, la desternillante escena de una cremallera en el baño en Ginebra para dos ¿Cuánto tienen de Rebeca?
 
Más de lo que yo misma quiero reconocer. Soy una persona dada al caos y al surrealismo más absoluto, pero, al mismo tiempo, una tipa tremendamente ordenada, que entrega sus trabajos siempre a tiempo y obliga a sus hijas a llevar una rutina espartana. Lo de la cremallera me pasó de verdad, en una entrega de premios literarios y rodeada de vejestorios y señoronas, para rizar el rizo. Y muchas de las cosas que le pasan a Sabrina o todas esas ideas locas que le rondan por la cabeza están sacadas directamente de mi vida. Sí, lo sé. No os juntéis conmigo.
 
3.- Algunos escritores tienen sus manías para trabajar. Dolores Redondo suele decir que basta con cerrar la puerta. ¿Y tú?¿Cómo trabajas? ¿Alguna manía que sea confesable?
 
Es un milagro que yo escriba porque únicamente necesito que me dejen en paz, lo que, como imaginarás porque también eres madre, es un acontecimiento que ocurre sólo una vez cada mes cuando los planetas se alinean en la cuarta luna en fase creciente. Quitando eso, lo demás me da totalmente igual.



4.- El año pasado, publicaste una novela por entregas en colaboración con Ligeresa (Y ahora ¿qué hago?). No paro de preguntarme cómo lo conseguiste. ¿Planificación de posibles soluciones?
 
Eres mala, Muriel.
Todos los escritores tenemos nuestros truquillos de mago de feria chunga y nuestras tablas, cosas que vamos aprendiendo a lo largo de nuestra trayectoria. Durante unos meses trabajé en un proyecto de serie de televisión para Sabrina:1-El Mundo:0 y mi compañera, Marta Suárez, me enseñó muchísimas cosas sobre estructuras de guiones de televisión. Aplicando muchas de las cosas que ella me enseñó me atreví a trazar unas líneas de planificación generales con posibles tramas secundarias y posibles desdoblamientos que formaran el esqueleto/armazón de la novela. En definitiva: la planificación fue esencial. Lógicamente, luego tuve que ir dando bandazos por acá y por allá, haciendo lo que me decían las lectoras y cambiando todo el rato de argumento, pero tener las cosas claras desde el principio y soluciones pensadas para posibles finales me ayudó bastante a hilvanar la novela. Estoy muy orgullosa de ese proyecto a pesar de que es imposible que una novela escrita así esté al nivel de cualquier otra que escriba, es imposible volver a atrás para desdecirse, corregir, etc.
5.- Es muy difícil resistirse sin sucumbir a tu forma de escribir en clave de humor, pero me gustaría preguntarte si alguna vez te has planteado cambiar de registro. Escribir, no sé, por ejemplo, novela negra.
 
Ahora mismo no. Estoy concentrada en intentar escribir al menos una novela al año y en mejorar lo que hago. Cuando considere que se me da mejor, lo mismo me lanzo a la aventura.
 
6.- Eres la cuore-cocinera y sabemos que tu chico es fan total de tu receta de pollo, pero, ¿qué es lo que te gusta a ti?¿Cuáles son tus platos favoritos? ¿Hay algún libro que aúne literatura y comida que recuerdes con placer?
Yo soy fan de la ensaladilla rusa de mi madre y de la cocina asiática en general. Para mí ningún libro aúna literatura y comida tan bien como “Como agua para chocolate” de Laura Esquivel. Tengo una versión preciosa ilustrada que releo de vez en cuando.
 
7.- Como autora chick-lit, ¿qué libros dentro del género recomendarías?
 
Los tuyos, por supuesto. Y los de Elísabet Benavent, que es una escritora divertidísima y una persona encantadora. Como tú, vamos. Hace poco publiqué en Glup Glup un artículo recomendando mis libros favoritos de autoras de chick lit extranjeras, para los que se atrevan a leer en inglés. No pongo el enlace (ya lo he puesto yo) porque no quiero inundarte el blog de spam. Visitad Glup Glup. Es muy bueno.
 
8.- ¿Y el libro que volverías a releer mil veces (dentro o fuera del género)?
 
“Por no mencionar al perro” de Connie Willis. Es una novela de ciencia ficción, ambientada en un futuro no muy lejano donde los historiadores de Oxford pueden viajar al pasado para estudiarlo mejor. Pero también es la mejor comedia romántica que he leído en mi vida.
9.- Ahora vamos a un tema candente, la autoedición. ¿Cuál piensas que puede ser el futuro de la autoedición en España?
 
La verdad es que no me atrevo a hacer una predicción. Una parte de mí me dice que los escritores deberíamos empezar a ser auto-suficientes, auto-editarnos (con o sin la ayuda de profesionales externos para mejorar nuestro trabajo) y publicitarnos por nuestros medios. Eso es fácil cuando hablamos del mercado de e-books, pero está también el papel y todavía hay mucha gente que compra libros en Grandes Superficies, cadenas de librerías… Y allí, seamos sinceros, las editoriales tienen más posibilidades de colocar bien sus libros que unos mindundis como nosotros. Esto es un negocio, pero también un negocio que está cambiando a una gran velocidad y necesita urgentemente un modelo nuevo. Hablamos en un año e intercambiamos opiniones.
 
10.- Y, por último, ¿no podrías chivarnos de qué va tu próxima novela? Por favooor.
Estoy terminando una comedia titulada “Todas las bodas necesitan un plan B”. Es la historia de un fotógrafo venido a menos al que le encargan de pura chiripa cubrir una boda en el último momento, su última oportunidad para demostrar que es un gran profesional y para deslumbrar al crítico que le desterró al anonimato. Pero con lo que él no cuenta es que si quiere que la boda siga adelante para hacer bien su trabajo tendrá que organizarla él mismo. 
No puedo esperar a que salga. Mil gracias a Rebeca por romper el hielo y ser la primera entrevistada del Fogón.

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