Fantasía juvenil + comedia romántica = Eva Ibbotson

Es complicado encontrar autores que unan los dos géneros que escribo: fantasía juvenil y comedia romántica. No tanto —menos mal— encontrar lectores a los que les gusten ambos (gracias por estar aquí). Así que cuando encuentro un autor o autora que los combine, y que además me gusta lo que escribe, es como si me tocara la lotería. Uno de los premios gordos en ese sentido es la escritora de la que te vengo a hablar hoy: Eva Ibbotson

Eva Ibbotson

¿Quién es Eva Ibbotson?

Eva Ibbotson nació en Viena y, cuando Hitler subió al poder en Alemania, su madre, que era novelista y guionista, emigró a Inglaterra y envío a buscar a su hija (sus padres estaban separados desde que Eva tenía tres años. Lo que convirtió su infancia en, según ella misma dijo, «muy cosmopolita, sofisticada y bastante interesante, pero también muy infeliz, siempre en algún tren y deseando tener un hogar») . Y tal vez por esa infancia tan desdichada buscó siempre el final feliz en sus novelas. Esto, que es solo una línea en la Wikipedia, se ve reflejado en sus novelas tanto en las románticas como en las fantásticas.

En Una canción para el verano, por ejemplo, la historia de los protagonistas —Ellen y Marek— en un internado austriaco tiene como telón de fondo el avance de la Segunda Guerra Mundial y la contraposición entre Inglaterra de donde es Ellen y Austria, donde se conocen.

Eva estudió Ciencias (Fisiología, para más señas, como su padre, que fue un médico pionero en el tratamiento de la infertilidad humana, aunque ahora se cree que usó para fertilizar a sus pacientes su propio esperma) y empezó a escribir novelas cuando sus hijos tuvieron edad para leerlas.

Cuando empezó a trabajar como fisióloga, Eva lo pasaba fatal con la experimentación con animales y decidió dejar su trabajo y volver a la Universidad para hacer magisterio, carrera que ejerció también brevemente. No puedo evitar sentirme identificada en ese vaivén de búsqueda de dónde encajar hasta que finalmente decidió dedicarse por completo a escribir.

De hecho, tenía casi 50 años cuando se publicó su primer libro —The great ghost rescue— que no está traducido al español donde contaba las aventuras de un fantasma llamado Humprey el horrible, que descubre que planean convertir el castillo de su familia en un centro turísitico. Aunque ya antes (ya sabes que esto es la punta del iceberg), Eva Ibbotson había escrito numerosos relatos para revistas femeninas y el guion de una serie de televisión.

La fantasía juvenil de Eva Ibbotson

Eva Ibbotson escribió fantasía juvenil con un marcado componente de humor que recuerda mucho a Roald Dahl. La escritora quería que los niños perdieran el miedo a lo sobrenatural y por ello sus libros están cargados de criaturas de las que pueblan las historias de miedo (fantasmas, vampiros, brujas…) pero a los que no puedes evitar coger cariño.

En castellano, están publicados varios de ellos: El concurso de brujas, El secreto del andén 13, Los fantasmas ausentes, ¡Menuda bruja!, Adopta a un fantasma, Fantasmas en peligro o Una misión monstruosa.

El andén 13 y la plataforma 9 y 3/4

Quien haya leído Harry Potter (publicado en 1997) y lea El secreto de la plataforma 13 de Eva Ibbotson (publicado en 1994), verá que las similitudes entre la plataforma 13 y el andén 9 y 3/4 —ambas ubicadas en la estación de King’s Cross de Londres— son muchas. En el libro de Ibbotson, bajo el andén número 13 de la estación hay un mogote, un mogote puede abrir la puerta que conduce a otros mundos durante nueve días cada nueve años. Un cíclope, un mago, un hada y una bruja cruzan el andén 13 para rescatar a un príncipe que cruzó hace nueve años, cuando era un bebé. El tema es que el príncipe no quiere que le rescaten ni muerto.

Cuando los críticos le señalaron a Ibbotson las similitudes, Eva se rio y dijo que nadie era original, que todos estábamos cogiendo ideas de otros sin darnos cuenta de que las incorporarmos a nuestras propias obras y que no pasaba nada. No creo que J. K. Rowling hubiera sido tan magnánima.

Las comedias románticas de Eva Ibbotson

Las novelas románticas de Eva Ibbotson son lo que hoy se ha dado en llamar «novela blanca». Dulces, románticas, con su punto innegable de humor, pero nada eróticas. La mayoría tienen como trasfondo la Segunda Guerra Mundial, la preguerra o la postguerra y son el típico libro de «mantita y sofá con té caliente». Personajes maravillosos, tramas no excesivamente complejas salpicadas de humor y final feliz siempre.

En castellano tenemos publicadas El destino de una condesa (que es mi lectura actual y la culpable de este post), Una canción para el verano, Plaza Madensky, La danza del amor, El castillo del lago, La calle del teatro y El regalo de un nuevo amanecer, la gran mayoría descatalogadas pero se pueden encontrar en librerías de segunda mano.

Naturalismo y Eva Ibbotson

Eva Ibbotson se casó con Alan Ibbotson (del que tomó el apellido, su apellido original era Wiesner) que era naturalista. Después de que Alan muriera, Eva no se sintió con ánimos para escribir en el estilo cómico al que tenía acostumbrados a sus lectores. Así que en memoria de su marido, escribió Maia se va al Amazonas, un libro juvenil impregnado del espíritu ecologista de su esposo. Posteriormente, vio la luz La esmeralda de Kazán, que se publicó postumamente, donde vuelve a sus primeros años en Viena y que tiene un fondo mucho más oscuro que el resto de su obra, aunque no se baja del final feliz.

Eva Ibbotson siguió escribiendo hasta los 85 años, momento en el que la muerte la llamó a su lado para que le contara a ella las historias.

¿Has leído algo de esta autora? ¿A qué estás esperando si no?

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