Escritores en twitter

Las redes son esenciales hoy en día si quieres ser escritor. Tanto para promocionarte como para conseguir editorial, agente y lectores. Pero, en las redes, como en la vida real, los escritores son como los pájaros. Los hay que hablan por los codos, como los loros, pero que, en realidad, se limitan a repetir lo que han oído. Los hay vanidosos como el pavo real. Y humildes como el gorrión que trabaja miguita a miguita su jornal diario (Hay miles de gorriones en el parque). Los hay carroñeros como los buitres. Y asustadizos y torpes como el avestruz. Los hay que te alegran el día, por la mañana, como el petirrojo. ¿No me creeis? Vedlo vosotros mismos en la red del pájaro por excelencia.

Hay diez tipos de escritores en twitter:

El escritor plomo
El plomo

Cuelga cada dos horas un enlace con su libro. Porque descubrió una herramienta que lo hace automáticamente y luego, se olvidó de ella. A veces, cuando no aparece por twitter durante días, los tuits iguales y repetitivos siguen apareciendo. Terminas por hacerle “unfollow” por pesado y no, no te leerás su libro. 
El de los hashtags
Es aquel #yasabes que cuelga un hasthtag #cadadospalabras. Incluso su bio tiene varios: Fulanito #escritor, #literatura, #libros, #ciencia-ficción #erótica (porque escribe de unos marcianos que se tiran a todo lo que se menea). No tiene ni idea de para qué sirven los hashtags , pero cuelga su libro en cada #trendingtopic a ver si cuela. No, tampoco te leerás su libro. 
El enciscado

Se ofende por cosas que no están dirigidas a él y está enfadado con el mundo. Cuelga constantemente cosas de política en plan:”mirad lo que dicen ahora estos impresentables”sin darse cuenta de que, a lo mejor, la mitad de sus lectores han votado o votarán a esos impresentables. Se queja de su trabajo, de sus compañeros, de sus lectores. Se indigna con las críticas negativas y despotrica en público. Un verdadero coñazo. No, tampoco te leerás su libro. 
El huevo
La editorial le exige que esté en redes sociales, pero no sabe hacer la “o” con un canuto. Su bio pone “Fulanito, escritor” y punto. Ni qué escribe, ni donde, ni nada de nada. No tiene foto y solo ha colgado dos tweets que ponen “Hola” y “probando”. A lo mejor te lees su libro, pero desde luego no por haberlo visto en twitter. 
El pájaro de origami
Ha leído mucho. Su TL está hecho para y por los libros. Lo que dice es interesante en muchas ocasiones. Y seguro que escribe bien. Pero también se cree superior a los demás sin darse cuenta de que su ego está hecho de papel. Y el papel se moja, se quema, se rompe muy fácilmente. Es posible que te leas su libro y que te guste. O que te toque tanto las narices que lo “unfollowes” un día de estos. 
Las señoras pájaras
A pesar de lo de pájaras, no te caen mal. El único problema es que son carne de facebook y, en twitter, lo que cuelgan son enlaces a su facebook. En plan “Acabo de publicar una foto en facebook” una y otra vez. Les da igual que sean redes distintas. Ya tienen bastante con manejarse en una, como para aprenderse las dos. A lo mejor te lees su libro, pero porque las sigues en facebook y allí te enteras de qué era esa foto que no has abierto en twitter. 
El colega
Tienen un montón de seguidores que se identifican por un nombre y que lo defienden a muerte. Y él/ella cuelga sus tweets llenos de amor y de faltas de ortografía. Pero los cuida como un padre/madre. Y sí, es posible, que, incluso tú te leas su libro. Te cae bien. Es humano. Del primero depende que sigas leyéndolo o no. 

El famoso con CM
¿Para qué seguirlo? 
El de los colores

Es original. No lo conocías de nada. Te ha enganchado con su tweets, con su blog, con lo que retuitea, que siempre es interesante. Sí, te has comprado su libro. Y te ha encantado. Y , cuando saque el siguiente, también te lo leerás. 
La diva/El divo

Su TL está plagado de fotos propias poniendo morritos. Hay que reconocerle que es fotogénico, el jodío. Miles de artículos y reseñas sobre sí mismo, pero se olvida del intercambio. De que en twitter existe una comunidad. Él mismo se sobra y se basta porque tiene un ego del tamaño de un camión. A lo mejor te lees su libro. Si te lo recomienda el de los colores y te lo presta alguien. 
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