
Estoy bien jodido.
Esta es mi considerada opinión.
Jodido.
Llevo seis días de lo que deberían ser los dos meses más extraordinarios de mi vida y que se han convertido en una pesadilla.
Ni siquiera sé quién leerá esto. Supongo que alguien lo encontrará, tarde o temprano. Tal vez dentro de cien años.
Para que conste: yo no fallecí en sol 6. Desde luego, el resto de la tripulación así lo cree y no puedo culparlos. Tal vez habrá un día de duelo nacional por mí y en mi página de la Wikipedia pondrá: “Mark Watney es el único ser humano que ha muerto en Marte”
Estas palabras inician la novela “El marciano” de Andy Weir. Y las traigo a colación para hablar de cómo empezar una novela. ¿Por qué? Porque llevo unos días dándole vueltas al principio de “La sociedad de la libélula”, la novela de fantasía juvenil que estoy escribiendo ahora. Y el tema me tiene hablando sola.
Escribir una novela es el equivalente a correr una maratón literaria. Es una carrera de fondo pero debe empezarse de forma correcta, porque si no, no sirve de nada el esfuerzo. El lector no va a pasar de la página treinta. Lo sé, he cotejado estadísticas (Aunque ya sabes que las estadísticas dicen que las estadísticas mienten, pero yo misma hago eso: no llego a la página cuarenta si no me engancha).
La teoría me la sé. La primera página de una novela debe cumplir estos requisitos:
- Establecer el escenario de la novela (estamos en Marte en el ejemplo)
- Introducir al protagonista (Mark Watney, malhablado, con sentido del humor, astronauta)
- Determinar la voz del narrador y el tono (primer persona, coloquial)
- Dejar clara la premisa (está perdido en Marte y nadie sabe que está ahí).
En definitiva, el principio de la historia de Andy Weir es un acierto completo. La premisa —el concepto sobre el que pivota toda la novela— está clara en este pequeño fragmento y te ha enganchado en siete líneas.
¿Cómo empezar tu novela?
Escribir el primer capítulo de tu novela es una tarea de lo más desalentador. Porque, hasta que la novela no vuela de tus manos, ese principio se reescribe una y otra vez y, aun así, siempre estarás inseguro de haberlo conseguido. Esas primeras líneas son tu oportunidad de tomar de la mano al lector para guiarle por el resto. ¿Cómo hacerlo bien?
Puedes empezar tu novela de varias maneras:
In media res
Quien haya leído Leyendas de la Tierra Límite sabe que me encanta empezar así, con mucha acción, metiéndome de lleno en fregados. Al empezar In media res, lo que haces es anticipar el primer punto de giro de la estructura de la novela. O el clímax.
Es el típico principio de las novelas policíacas: empiezan con el asesinato.
Sergio Morán, en su novela El dios asesinado en el servicio de caballeros, condensa magistralmente la premisa en la primera frase del libro: «Tienes el cadáver de un dios en el maletero».
Empezar con el personaje
Cumbres borrascosas empieza describiendo a Heathcliff a través de los ojos del señor Lockwood. Y también sitúa el tono y la premisa al decirnos:
He vuelto hace unos instantes de visitar a mi casero y ya se me figura que ese solitario vecino va a inquietarme por más de una causa. En este bello país, que ningún misántropo hubiese podido encontrar más agradable en toda Inglaterra, el señor Heathcliff y yo habríamos hecho una pareja ideal de compañeros. Porque ese hombre me ha parecido extraordinario. Y eso que no mostró reparar en la espontánea simpatía que me inspiró. Por el contrario, metió los dedos más profundamente en los bolsillos de su chaleco y sus ojos desaparecieron entre sus párpados cuando me oyó pronunciar mi nombre y preguntarle:
—¿El señor Heathcliff?
Empezar con una declaración eterna
Estos principios son los más usuales en los clásicos europeos. Pero, claro, yo no soy un clásico. En todo caso, una clásica (o eso dicen mis hijos cuando no les dejo ponerse según qué cosas para salir de casa). Una frase estilo Jane Austen en Orgullo y prejuicio (Es una verdad universalmente reconocida que un hombre soltero poseedor de una gran fortuna necesita una esposa) o en plan Dickens al inicio de Historia de dos ciudades (Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos) necesitan de una inspiración que, en este momento, mientras me devano los sesos, no encuentro.
¿Qué debe tener tu principio de novela?
Que empiece como empiece, la primera página debe enganchar al lector. Y eso no se consigue hablando del tiempo. Ni narrando cómo el protagonista se levanta de la cama, se ducha y se toma el primer café del día. Debe tener movimiento, párrafos cortos y frases directas. Debe sentar las bases de lo que vendrá después. Qué enorme responsabilidad en treinta páginas. Qué inmensa presión en solo un párrafo.
El señor y la señora Dursley, que vivían en el número 4 de Privet Drive, estaban orgullosos de decir que eran muy normales, afortunadamente. Eran las últimas personas que se esperaría encontrar relacionadas con algo extraño o misterioso, porque no estaban para tales tonterías.
¿Cómo saber que has empezado tu novela de la forma adecuada?
No hay nadie que lea más novelas que los lectores editoriales. Lo sé, soy una de ellas. Y hay varias cosas que no debes hacer en las primeras páginas si no quieres que tu lector tire el libro por la ventana y le dé a un pobre viadante que no tenía la culpa.
- No empieces con un sueño. Tampoco termines diciendo que todo fue un sueño, como Los Serrano.
- No empieces con dos páginas de worldbuilding
- Muchos odian el prólogo. Este es el quid de mi cuestión. Me estoy planteando cargarme el prólogo. Un cuchillazo de cuatro páginas.
Afortunadamente, hay unas maravillosas personas llamadas coach literarios a los que preguntar. Pero al final la decisión es tuya y cada vez que corto escenas, siento como si me cortaran un brazo.
Ainssss. Me temo que voy a ser una escritora amputada.
¿Reescribes mucho tus inicios de novela?