A mi hijo pequeño casi le da un telele cuando, después de volver del Festival de Fantasía de Fuenlabrada (esta foto de la Mesa de literatura infantil y juvenil es cortesía de Bibliofilosis Letrae), se enteró de que compartí mesa con el autor de uno de sus libros preferidos: Gazpacho de vampiro. Y no solo no le pedí un autógrafo, sino que le dejé que se volviera a Barcelona con los libros restantes.
Dicho sea en mi descargo, después de la charla, estuve hablando con Sofía Rhei, una escritora que me alucina, y Martín Piñol, el autor de Cocina para Monstruos, se me escapó. Y es una pena porque me reí muchísimo con él a lo largo de la charla. Y me hubiera gustado charlar un poco más después.
Original y muy ocurrente, Joan Antoni Martín Piñol es vergonzosamente menor que yo. Nació en el 79, en Barcelona. Lleva más de una década, como él mismo dice, cobrando por escribir cosas divertidas y espera seguir haciéndolo. Como autor de literatura infantil y juvenil, es tremendamente prolífico. Autor de más de 15 títulos, es además guionista. O sea, que su cabeza debe ser algo así como un enjambre de abejas.
A pesar de que los platos de un cocinero zombi (que además tiene una rata llamada Estiércol como catador) no son decididamente un manjar, lo cierto es que los libros de Martín Piñol son un bocado que consigue derretir a los niños. Y por eso es hoy mi invitado al Fogón. Él y su cocinero zombi.
¿Conoces sus libros de
La cocina de los monstruos?
Conocemos al Chef Bermúdez que trabaja en el comedor del colegio Saint Grímor, a su apestosa rata Estiércol y a sus ayudantes.
Al Chef Bermúdez no se le ocurre otra cosa que quitarle las vendas a la momia para hacer tallarines.
El Chef Bermúdez se apunta a ir al zoo con los niños del cole pero la lía. Un hombre-lobo libera a todos los lobos del zoo. Y el Chef está, como siempre, detrás del problema.
Pablo acaba sustituyendo al prota de una obra de vampiros que se está montando en el colegio, pero resulta que hay un vampiro de verdad suelto por ahí.
El chef zombi no sabe lo que es un kraken (Yo tampoco, ya que estamos), pero va a enterarse muy pronto. La Fundación Titanic II ha construido una réplica del Titanic e invita al afortunado que gane un concurso a montar en él. A él, a toda su clase y a algunos profes. Toda una odisea. Hasta que la cosa se complica cuando se enteran de lo que es un kraken por las malas.
La limpiadora del Saint Grímor acaba de ganar la lotería y ha colgado las escobas, así que hay que contratar nuevas limpiadoras. Son guapas, perfectas y de lo más sospechosas. ¿Serán brujas?
Pablo, que no sabe nada de fútbol, tiene que suplir la falta del goleador del colegio. Y para complicar aun más las cosas, en el campo de fútbol aparece un dragón. Un verdadero caos reina en el Saint Grímor.
Zombete reta al presentador de un programa de la tele a entrevistar al Yeti, así que se van todos al Himalaya a buscarlo. Les esperan un montón de aventuras.
Zombete mete la pata liberando a uno de los personajes de “Cuento de Navidad” de Dickens, un espectro, que quiere cargarse a toda costa la Navidad. Y nuestros protas tienen que impedirlo.
Zombete no puede estarse quieto: en una visita a un observatorio envía sin querer un mensaje a los extraterrestres. Y el mensaje es recibido ¡Hay vida en el espacio! El problema es que esa vida está tremendamente enfadada por el mensaje de Zombete.
El chef zombi es invitado por un admirador a Noruega, donde encontrará no solo a una cocinera enamoradísima de él, sino también a un peligroso enemigo que quiere barrerlo de la Tierra con la ayuda de un ejército de trolls.
Natalia y su equipo de gimnasia tienen que participar en el extraño Campeonato Secreto de Gimnasia Mortal en una isla. Una isla en la que un científico loco hace sus experimentos y de la que no saben si podrán salir vivos.
¿Os apetece cocinar un poco
con el Chef Bermúdez?