¿Qué es el clean romance (o la novela romántica blanca)?

CLEAN ROMANCE (NOVELA ROMÁNTICA BLANCA)

Somos muy de adoptar anglicismos para denominar cosas dentro del mundo literario. Ahí están, sin irnos muy lejos, middle-grade, young adult y new adult... Uno de los últimos anglicismos en boga es el clean romance (que se ha ido sustituyendo por novela romántica blanca).

¿Qué es exactamente la novela romántica blanca?

Después de la irrupción de Cincuenta sombras de Grey en el mercado, las editoriales se dieron cuenta de que el sexo vendía mucho y la romántica clásica —estilo Georgette Heyer o la maravillosa Mary Stewart—, que hasta ese momento, era muy de fundido en negro, se llenó de escenas muy tórridas. 

Antes de que el señor Grey hiciera su aparición en el panorama, una sabía que si la portada tenía hombres y mujeres con el torso desnudo en varios estados de desgarro de sus vestimentas, el interior era del estilo. Pero cuando el señor Grey se convirtió en bestseller, una portada con dibujos, podía albergar en su interior la escena más caliente del mundo mundial. 

Que oye, no tengo ningún problema. Una buena escena de sexo es muy difícil de escribir y, si está integrada en la trama, estupendo. Para mí, el problema es cuando el sexo es cada tres páginas y es una excusa para vender más. Porque me aburro. Francamente.

La denominación clean romance se usa para llamar a novelas románticas en las que no existe sexo explícito. Eso no significa que no lleven aparejadas una gran tensión sexual no resuelta. Priman los personajes, la trama, por encima de las escenas de sexo.

Pero lo de clean romance no me suena bien

¿Por qué no me gusta la palabra clean romance?

Por una sencilla razón, porque da la sensación de que el sexo es algo sucio. No comulgo con la mogijatería que suele llevar aparejada Amazon. El término clean romance me irrita, primero porque no sé a cuernos de qué usar el anglicismo y, segundo, porque me parece mucho más acertado llamarlas novelas románticas blancas.

El calificativo blanco lo único que quiere decir aquí es que el sexo sirve para profundizar la conexión, la trama, entre una pareja, pero que no te van a explicar si puso el culo así, o los pechos asá. Llamar a un libro limpio en comparación con otros, me parece muy aleccionador y no me gusta que me aleccionen.

¿A qué viene hablar ahora de la novela romántica blanca?

Viene a que en breve —el 26 de enero— sale mi nueva novela. Se llama «42 semanas» y, como sabéis, la erótica no es precisamente lo mío. Podríamos decir que «42 semanas» es una comedia romántica blanca, una comedia de enredo en la que lo más importante es la trama. Tiene dos escenas de sexo: dos. Y las dos son muy suaves. Pero tensión sexual no resuelta a raudales.

Os cuento de qué va:

«¿Qué ocurre cuando dos desconocidos pasan de ser el rollito de una noche a convertirse en algo más que vecinos?

Pues eso es lo que les sucederá a Nico y a Marta.

Nicolás de la Fuente es un periodista deportivo que, bajo el seudónimo de la escurridiza Verónica Freiy, se ha convertido en un escritor de éxito de novela romántica. Él siempre ha querido mantener el anonimato, pero su editorial recibe una oferta que no puede rechazar a cambio de desvelar su identidad, por lo que a Nico no le queda más remedio que encontrar a una mujer que se haga pasar por él.

Por su parte, Marta Fernández es una pediatra con mal de amores que acaba de averiguar que su novio está casado.

Los caprichos del destino hacen que Nico y Marta se conozcan y pasen una noche juntos, y lo que para ambos empieza siendo un rollito se complica cuando se enteran de que son vecinos de escalera.

Descubre en esta divertida comedia romántica que por más que nos empeñemos en blindar nuestro corazón, al final acabamos rindiéndonos a la evidencia».

Ahora mismo la tenéis en preventa aquí y la portada promete lo que hay dentro.

Una comedia romántica clásica, estilo Billy Wilder.

¿Qué piensas sobre este tema? ¿Te parece bien la etiqueta en las novelas románticas?

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